Pescado blanco al horno

Existe un mito sobre el pescado, y es que a los niños nos tienen que esconder el pescado para que nos lo comamos (barritas de “no-se-qué” rebozadas de pan, estrellitas de algo que puede ser pescado que se transforma al masticarlo en una masa que sólo una buena dosis de Ketchup conseguirá que me lo trague….). Los niños somos pequeños, pero no quiere decir que no queramos comer, y bien. Por eso, un buen filete de un pescado blanco y limpio nos puede encantar. Es una excelente fuente de proteínas, y sobre todo, ¡un plato muy rico!

Aprovechando que esta noche cenamos todos juntos le he dicho a mi madre que cambie los huevos fritos con patatas caseras –cena tradicional en casa de los martes por la noche- por este pescado que hace mi abuela y que está delicioso.

- una pescadilla (dile al pescadero que te la abra y le quite espinas y cabeza)

- cuece 4 patatas enteras en agua durante 40 minutos; después, córtalas en rodajas gruesas y cubre con ellas una fuente de horno del tamaño del pescado; echa un poco de sal sobre las patatas

- coloca encima la pescadilla abierta con la piel hacia abajo, con sal y pimienta

- en una sartén, fríe en abundante aceite de oliva (como 1 dedo) 2 dientes de ajo fileteados, y sácalos cuando empiecen a dorarse (que te ayude un mayor)

- vierte el aceite caliente sobre la pescadilla y mete al horno 15 minutos a 200ºC